sábado, 7 de octubre de 2017

Ideas sobre la relación Cataluña-España

Ideas sobre la relación Cataluña-España

Antes de empezar a hablar de España y el conflicto con una de sus nacionalidades (tal cual las menciona el Art. 2 de la Constitución) históricas, creo que es precisa una revisión de su conformación como Estado.

Para algunos radicales, España como nación data del matrimonio de los reyes Isabel y Fernando en 1476 (vamos, el casamiento habitual en la conformación de reinos del Antiguo Régimen) que fundieron las coronas de Castilla y Aragón.

Para otros radicales, España es una imposición cuasidictatorial por la cual los malvados castellanos centralistas han invadido Cataluña y la han sometido a un régimen colonial o casi… 

Ambos son extremos falsos, derivas de inculcaciones políticas muy nacionalistas, e interesadas en sacar rédito de lo fácil. Y la historia del Estado Español es de todo menos fácil.

Tratada con una mínima profundidad, esta conformación de España como Estado, yo la describiría como producto de tres etapas fundamentales:

1: El Imperio de los Habsburgo o Casa de Austria, heredado por el alemán Carlos V tras derrotar la rebelión comunera castellana, en la que el Imperio regía cada parte con un funcionamiento administrativo y fiscal diferente (y su peso escorado sobre Castilla), con leyes diferentes, fronteras y aduanas entre Aragón (y sus reinos, entre ellos Cataluña) y Castilla hasta 1714. Y luego América, que era propiedad exclusiva de Castilla.
Cito aquí a J.H.Elliott (La España Imperial, un autor inglés para menos suspicacias)

 “…Durante el reinado de Carlos V se desarrollaron tres peligrosos procesos que habían de tener una importancia incalculable durante los siglos XVI y XVII en España. En primer lugar, se estableció el dominio de banqueros extranjeros sobre las fuentes de riqueza del país. En segundo lugar, quedó determinado que Castilla llevaría el peso principal de la carga tributaria en España. Por último, en Castilla, casi todo el peso fiscal recayó sobre las espaldas de aquellas clases que menos capacitadas estaban para soportarlo.” 

2: Tras la más conocida para los catalanes Guerra de Sucesión, a partir de 1714 la monarquía de los Borbones ilustrados, recién llegados de la homogenea Francia, se empeñaron bastante en equilibrar el país durante el siglo XVIII, a golpe de Decretos de Nueva Planta y redistribución de la carga fiscal, sí, pero también repartiendo industria y abriendo el mercado americano a los territorios de la Corona de Aragón.

3: La Revolución Francesa, que marca el fin del Antiguo Régimen en Europa (para empezar a importar más los méritos vitales que la herencia aristocrática)-, fue traída a España por el imperialismo napoleónico (“Guerra de la Independencia” 1808-1814). Como reacción, tras expulsarlo, España entronó a Fernando VII, que anuló la primera Constitución, la de Cádiz con demasiados nuevos aires europeos “Vivan las caenas”… para enfilar un siglo XIX desastroso para el país de desconexión cultural con el resto del continente, analfabetismo y desindustrialización récord, golpes de estado, independencia de Hispanoamérica tras guerras terribles, guerras carlistas también, dictaduras…  el fin del Antiguo Régimen se atasca, y no termina de llegar del todo… una verdadera DesEspaña del XIX para desembocar en la gran catástrofe de la Guerra Civil y la última Dictadura. 

Tras ella, la Constitución de 1978 nos ha llevado al periodo democrático y de convivencia más largo que ha habido desde entonces, el actual.

En esta compleja, y aquí esencialmente resumida historia, ha habido muchos vaivenes e injusticias hacia unos y otros. Repito la fiscalidad ruinosa para Castilla de la España de los Austrias, o la emigración de la España castellana hacia la catalana en los siglos XIX y XX, buscada a propósito por gobiernos como el del dictador Primo de Rivera en su concepto particular de “españolizar” Cataluña – y despoblación y subdesarrollo para el resto.

O por ejemplo, este sistema autonómico actual, que se ajusta en límites y funcionamiento a los antiguos reinos de la Corona de Aragón, nos hace perder toda fuerza en el caso del Trasvase Tajo-Segura, con nuestra cuenca hidrográfica dividida entre varias autonomías, una Castilla-La Mancha con poca población y fuerza, y un Madrid ensimismado que ignora por completo al Tajo, y ahora mismo el “Ministerio de Medio Ambiente” está autorizando trasvases de agua “excedentaria” hacia la cuenca del Segura desde embalses a menos del 10% de su capacidad. Da igual que no se llegue ni a ver, pero lo dicen los papeles del Ministerio: es agua excedentaria. Nada que rechistar.

Recuerdo en este punto una frase de Pi i Margall
“Castilla fue entre las naciones de España la primera que perdió sus libertades; las perdió en Villalar, bajo el primer rey de la Casa de Austria” (Francisco Pi i Margall) 

Pido a este respecto más respeto y comprensión desde Cataluña a la hora de hablar del “centralismo castellano”, pues también nosotros a veces somos las víctimas, y ni siquiera es el centralismo el sistema administrativo tradicional castellano, pues  era descentralizado en provincias, similar al del País Vasco. El centralismo solo lo implantó la Casa de Austria.

La Corona de Aragón y la cultura catalana por el Mediterráneo también plantean cuestiones para la “España Catalana o Països Catalans” que una Declaración de Independencia de Cataluña no soluciona, sino que agrava, y el catalanismo debería analizar: la fuga de Banco Sabadell a Alicante, la Caixa a Valencia ¿porqué esa elección de las empresas catalanas? Eso no lo soluciona la independencia.

Dos tesis:

1. Es esencial el respeto a todos los demás pueblos, con sus valores y defectos. Pueblos diferentes, pero complementarios (y lo prueban la integración de los diversos migrantes y empresas comunes). Pero sobre todo, imposiciones nunca. Las ideas de Napoleón eran mayormente positivas... libertad, igualdad, fraternidad, laicismo (y rodillo cultural igualitario) Pero las impuso. Y de ahí su rechazo en la Guerra de la Independencia, y de ahí a la DesEspaña del XIX… y de ahí a la Guerra Civil, y de ahí a la Dictadura.

2. Estamos aún en vías de configurar un Estado moderno. La Constitución de 1978 es un inicio para salir de la Dictadura y construir una España plural… pero a mejorar, con mucho trabajo, debates y consensos. Es el periodo más largo de convivencia democrática que hemos logrado tener. Por fin. Pero es cierto que hay aún sectores políticos que deben reciclarse, porque parece que no han salido del Antiguo Régimen y sus imposiciones, como el agua excedentaria desde los embalses del Tajo al 10%.

Si Napoleón se hubiera quedado en España después de 1814, con sus ideas de la Revolución Francesa y el Estado Español se hubiera configurado siguiendo la línea del francés, una República centralista, hubiera desaparecido todo rastro de nacionalidades históricas en nombre de las libertades revolucionarias, y se hubiera pasado el rodillo de la castellanización por encima de todo. Incluida Catalunya. 

Sin embargo, en Francia hay quien se lamenta de la pérdida de su riqueza cultural regional aplastada por el centralismo republicano, como la desaparición de la lengua occitana, y ha creado recientemente regiones donde no las había.

Aquí, como contrapartida, ahora tenemos la oportunidad de partir de las nacionalidades históricas para conseguir crear ese Estado moderno y plural, con pleno respeto y puesta en valor de cada una de las culturas del Estado, y quedándonos solo con lo mejor de las ideas que traía Napoleón. La Constitución de 1978 fue un paso esencial, pero hay mucho que trabajar aún.

Yo le pediría a Cataluña que no se independice. Que escuche, que reflexione, que comprenda, y que sea uno de los apoyos, y no un obstáculo, para llevar un Estado Español plural a la modernidad. Y está también la convivencia entre sus ciudadanos, está la cultura catalana expandida por el Mediterráneo, y está la Unión Europea, sus normas y sus valores. La declaración de independencia no resuelve estas cuestiones, y sí está poniendo en fuga a sus empresas, a zonas de cultura catalana pero no independentistas. Piensen que en el otro lado de la balanza no hay solo autoritarismo e imposición. Con respeto, diálogo y acuerdos, creo que Cataluña tiene mucho más que ganar también.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.